Dime que pare...


Hoy voy decidida a torturate durante toda la reunión. 

Espero impaciente a que llegue el momento en que se de la situación para poder iniciar mi tortura, sutilmente empiezo con mi lenguaje corporal y me empiezo a acariciar el cuello y mi collar que señala directo hasta mis pechos, pero no logro tu atención. 

Ahora voy por el otro plan, me saco la mascarilla para tomar mi te mientras tu me hablas, tomo la taza con la dos manos y tomo un trago de te para luego alejar la taza de mi boca y cuando tus ojos estan fijos en mi paso mi lengua por mis labios lentamente y tomo otro sorbo de te. Esta vez si capté tu atención, es momento de seguir la tortura.
 
Sigues hablando y luego de otro sorbo de té, paso mi dedo por mis labios y la comisura de mis labios  para luego chuparme el dedo. Me ves asombrado  a lo que te digo: 

"Es deliciso este té." con cara de picardia e indiferencia al mismo tiempo.  

Definitivamente tengo tu atención. 

"Esta caluroso hoy" comentas, 

"Rico, prefiero el calor que el frio" respondo.
 
"Pero prefiero el invierno" respondes

"Me gusta el calor, prefiero menos ropa"

Ya  no sigues el tema, estas visiblemente conteniendo tus ganas de respoder mi tortura. Te noto incómodo, 

"¿Estás bien?" pregunto simulando ingenuidad, 

"Si, pero  hace un poco de calor aqui, no?" respondes. 

Hoy me puse esa blusa que transparenta el encaje color piel de mi sosten, por lo que me puse un chaleco estrategicamente colocado para cubrir la falla de diseño de mi blusa. Al oir tu comentario se me viene a la mente mi chaleco y mi blusa traslúcida. 
Excelente idea, pero primero corroborar que no quede nadie en la oficina: 

"Voy y vuelvo" te comento y salgo a revisar el perímetro. 
No hay nadie, coast is clear!

Vuelvo a la oficina y veo que aun no has prendido el aire acondicionado.  

"Si, tienes razón, esta caluroso" viendo si te animas a encender el aire acondicionado , pero veo que tienes ganas que me saque este chaleco porque no lo enciendes. 

"Debe ser el té que me dió calor" sonrío.

Vuelvo a tocar temas de trabajo y rapidamente vuelves a modo trabajo. Mientras respondes las dudas del proyecto, me miras fijamente a los ojos, sin bajar la mirada como habitualmente lo haces. "Esta es mi señal" pienso para mi.  

Inclino mi cuello hacia un costado y llevo mi pelo hacia un lado dejando mi cuello expuesto a tu mirada, que noto que obedientemente va hacia el. Acaricio mi  cuello hasta mi nuca y de regreso para  liberar un poco de tensión  en mi y aumentar la tuya. Tus ojos estan clavados en mi.

Sin dejar de hablar de trabajo, continuo hablando yo ahora y muy lentamente voy sacandome el chaleco. Te hago una pregunta y tu no emites sonido. 

Ya sin chaleco, mi blusa deja en evidencia el encaje de mi sosten sin evideciar color, sino que solo insinuandolo, suficiente para que lo notes. 

"Hey! Te hice una pregunta, estas aqui?" te digo mirando a tus  ojos que claramente no ven los mios,  sino que estan clavados en mi blusa.  

"Hey!, tierra llamando!" y me largo a reir.

"Perdón, dime" respondes de sobresalto

"Te pergunte si..." y sigo con el tema de trabajo.  

"Disculpa, si, efectivamente  tenemos que ver estos temas" me respondes a lo que yo tomo mi lapiz para tomar apuntes pero torpemente lo dejo caer. 

"Perdón, continúa" Te digo inclinandome a buscar mi lápiz, pero sin presagiar que al hacer este gesto mi blusa iba a exponer mi sosten y mi escote. 

Esto lo noto porque de pronto te callas y levanto mi cabeza para ver  que pasa y tu estas clavado en mi escote. 

Te das cuenta que te miro y rápidamente, muy sonrojado de haber sido descubierto, corres la mirada y continuas con el tema, yo vuelvo a tomar mis apuntes. 

Finalmente terminamos la reunión y no me sugiere que me retire,  sino que me empiezas a preguntar de mi situación, si he conocido a alguien en la cuarentena. A lo que me rio, y respondo 

"No, esta cuarentena me ha hecho extrañar tanto el tacto"

"¿Como es eso?" respondes

"Ay!, perdón, se me salió, no es tema para el trabajo" te digo y mi mirada debe hablar de mis eróticos pensamientos. 

"Tranquila, hay confianza" rápidamente me corriges.

"Te digo que no, no he conocido a nadie." ahora respondo con evasivas.

"Pero me dijiste que extrañabas el tacto?" me regresas al tema, al parecer rective tu maldad.

"Si, la verdad extraño sentir la  piel de alguien y mas aun que sientan mi piel" acaricio mi cuello mientras te respondo.

"Pero eso me parece extraño, deben haber miles haciendo fila para satisfacer todos tus antojos" responder.

"Jaja!  En fin, aun nadie se atreve" respondo sin sacar mis ojos de tu mirada.

Me levanto para irme a mi  puesto y al girarme a tomar mis cosas, dandote la espalda, siento tu mano en mi brazo. 

"¿Tienes algun compromiso ahora? preguntas.

Me giro sorprendida, no  puedo creer tu iniciativa, no es de ti.

"Depende" respondo.

Veo tu mirada focalizada hacia afuera como buscando algo.

"No hay nadie,ya todos se fueron. ¿Qué necesitas?" Soltando mi brazo pregunto.
No respondes y pones tus manos en mi cintura.  Ahora soy yo la que no respira.

"¿Qué pasa?" te pegunto.

"Disculpa, se que ya no jugamos ese juego, pero ya no puedo contenerme a tu lado" respondes visiblemente excitado,  muy visiblemente excitado.

"Si, ya te dije que tanto mal timming me aburrió. Mucho ruido pocas nueces" Digo desafiante.

"¿Cómo?, ¿Eso es un desafío?" me respondes sorprendido por mi respuesta.

"No, solo  un recuerdo de lo que fue." Respondo con una sonrisa maliciosa.

Me tomas de la cintura  nuevamente, pero esta vez  con fuerza. Pasas tu mano por mi espalda y me acercas a ti. Te  sacas tu mascarilla y besas mi cuello. 

"Dime que pare" me desafias. 

Muerdes mi cuello suavemente y ya tus manos empiezan a entrar bajo mi blusa y empiezan a recorrer mi espada.

"Dime que pare" vuelves a desafiarme.

Ya tus manos empiezan a ir hacia el frente por  debajo de mi blusa, siento las yemas de tus dedos por mis costillas, mi abdomen, y me vuelves a decir: 

"Dime que pare"

Yo apoyada con mis brazos sobre la mesa detras de mi espalda, me dejo querer. 
Cada movimiento tuyo es un golpe electrico para mi piel, ahora  tus manos estan en mis pechos mientras continuas besando mi cuello y mi  escote. 

"Dime que pare" vuelves a repetirme.

Llevo mis manos a tu cara y la levanto hasta llevarla frente a mi. Te  quedas inmovil, esperando que diga algo. Paso mis manos por tu cuello, tu espalda, sin sacar mi mascarilla, invitandote a continuar sin decir nada. Paso mis dedos entre cada boton de tu camisa, como insinuando que voy a liberar cada boton, pero solo insinuo.
Se ve que estas duro por tu pantalon, no puedes disimular tu excitación. 

"Dime que pare" vuelves a repetirme mientras tus manos toman mi trasero fuertemente. 

"Dime que pare" me repites.

Me levantas y llevas con mis piernas abrazando tu cintura hasta tu escritorio que es mas firme.
Me dejas sobre el, me miras y tu mano va hacia mi  mascarilla. Te detengo con mi mano.

"¡Dime que pare!" Ya me lo repites un poco mas fuerte, tomo tus manos y las llevo a mi cintura. Tu boca vuelve a mi cuello, y tus manos se van a mi falda. 

"Dime que pare" repites con tus ojos desafiantes clavados en mi, mientras sin dejar de mirarme  fijamente a los ojos siento tu mano  por mis muslos hasta que llegas a mi intimidad. Haciendo hacia un lado mi ropa interior, tus dedos entran en mi aún sin sacar tus ojos de mi mirada. 

"Dime que pare" me dices mientras echo mi cabeza hacia atrás por el placer que me dan tus dedos dentro de mi, si, ya son dos.

"Dime que pare" repites mientras tus  manos sacan mi ropa interior. 

"Dime que pa..." no te dejo terminar la frase y rápidamente desabrocho tu pantalón. Me miras y no me dejas continuar porque llevas mis manos a tu mesa mientras te pones de rodillas y empiezas a besar mis muslos. 
Te  detienes, miras hacia arriba y me dices: 

"Dime que pare"

Tu boca vuelve  a mis muslos y sigue el camino hasta mi ansioso  e impaciente clitoris. Te  tomas tu tiempo, como esperando a que te detenga. Ya casi llegando, mi excitación no puede mas, pero te detienes  y nuevamente esas palabras salen de tu boca: 

"Dime que pare"

Tomo  tu cabeza con mi mano y te presono contra mi intimidad. ¡Dios! Eres un maestro con tu lengua. Casi no puedo contener mis gritos de placer, mientras tus dedos ritmicamente trabajan con tu lengua que maestralmente sabe donde presionar, donde acariciar y donde succionar.

Te levantas y esta vez tu bajas tu pantalón con tu  mirada clavada en mis ojos: 

"Dime que pare", me adviertes nuevamente.

Ya  esta tu miembro erecto, listo y dispuesto. Llevas mi mano a él, mientras me miras y dices: 

"Dime que pare"

Tomo tu trasero y te pesiono contra mi. Me llevas al borde de la mesa con determinación, mientras tu boca vuelve a mi cuello. Con tus dedos pruebas mi humedad y luego me los llevas frente a mi boca. Me miras y giras tu mano y chupas tus dedos, para luego reintroducirlos en mi.  

"Dime que pare"  nuevamente esa frase...

El placer nubla  mi juicio, no puedo pensar con claridad, soy una esclava de mis deseos. Tomo mi mascarilla y me la saco. Sin sacar mi mirada de tus ojos.

Con asombre me miras, ahora veremos si realmente te atreves.  Sin sacar tus dedos dentro de mi  me miras, esperando mi grito de placer probablemente. 

Te  acercas a mi boca, ya puedo sentir tu aliento. Casi puedo sentir tus labios  en los mios y me dices: 

"Dime que pare"

Mientras modulas esas palabras, siento el roce de tus labios con los mios. No puedo creer lo bien que se siente tu roce. Te beso, ya no puedo más. 

Ese beso que esperaba meses, ese beso que resulto mejor que la espectativa, ese beso que me  humedeció mas aun, ese  beso que se descontroló. 

Ya te acercas a mi y y siento tu pene entrando en mi. Dejas de  besarme y me dices.: 

"Dime que pare"  a lo que respondo presionando tu cuerpo contra el mio llevandote a la penetración total.

Fuerte, bestial y suavemente a la vez me llevas al orgasmo con lada embate de tu cuerpo contra el mío, con cada beso tuyo en mis pechos, con cada beso tuyo en mi  boca. No quiero que este placer acabe...

Ya no nos importa  quien venga, ya no razonamos, ya no hay cordura. 

Fuerte, una y otra vez tu cuerpo contra el mio, fuerte una y otra vez...

Ya mi espalda esta contra tu escritorio y tu juegas con mis pechos mientras me sigues penetrando. De reepente,  te detienes dentro de mi y me sientas. Sin salir de mi mis piernas te abrazan y te giras para quedar sentado en tu escritorio y yo a horcajadas sobre ti mientra me empujas contra ti mientras tu dedo juguetea con mi ano. Sigues, te siento cada centímetro dentro de  mi, y ahora tu dedo entra  por mi ano, preparando el terreno simplemente me llevas a un orgasmo sin control. Nada supera una doble penetración. 

Habiendo yo acabado, sin saber lo que seguía,  rápidamente me bajas, giras y dejas apoyada contra tu escritorio dejándote a ti por detras. Aún gimiendo de placer vueves a penetrarme solo para extender el placer unos minutos mas mientras tu dedo penetra mi ano y da paso al segundo dedo. ¡No puede ser! El  placer se  multiplica proporcionalmente a la cantidad de dedos en mi ano mientras me penetra con tu pene.

"Dime que pare" esa frase vuelve a salir de  tu boca, pero ahora  jadeante.  

"Dime que pare" me repites mientra sales dentro de mi y te siento en el borde de mi ano, duro y sin ganas de piedad.

"Dime que pare!" Ya suena a  una orden y besas mi espada...¡Entra de una vez! pienso para mi.

Pareciera que leyeras mi mente y siento tu sable clavarme suavemente pero sin clemencia en mi ano. Te super excita que me gusten los placeres anales, te excita lo  apertado que se siente mientras entras una y otra vez. Ya no hay palabras, solo  vas rápido y cada vez mas fuerte, acercandome nuevamente al orgasmo. 
La razón ya no es parte de este ritual.

Suena tu celular y es como musica de fondo, no nos detiene. 

Te  agarras de mis pechos y apoyas tu pecho en mi espalda mientras me penetra una  y otra vez tu miembro en por mi ano. Miembro: que buen y apropiado término, es como que él dictara el ritmo de este baile erótico.

Vas apurando el ritmo y acercandote a  tu climax y me repites:

"Dime que pare". 

Mientras lo dices llegas  al climax  dentro mío.   A lo que soltamos una carcajada. Te quedas unos minutos acostado sobre mi espalda besando tiernamente mi cuello y tu mano recorre la totalida de mi cuerpo. 

Te levantas y me giro. Te veo semi desnudo, feliz y aun un poco excitado... mi mano recorre tus hombros y pecho. Me besas y me dices: "regreso de inmediato"

Quedo ahi, apoyada en tu escritorio, aun sin creerlo (ya empieza a volver la cordura) y como si percibieras que regresa la razón a mi, vuelves ya sin pantalón.

"Limpieza para la fanática del aseo" me dices mientras  sonries "hasta con jabón" continúas entre risas. 

Te miro frente a mi, semidesnudo, perfecto, mío...sin nadie que moleste. Sin saber como mis manos llegan a pene. Lo agarro con fuerza y me miras con impresión.

Te pongo ahora a  ti contra el escritorio y me arrodillo. Levanto la mirada y mientras  mi mano no suelta tu pene acerco mi boca cada  vez mas, lentamente, me detengo y te digo:  

"Dime que pare".

Comentarios

Entradas más populares de este blog

DND (Do not disturb) - No molestar.

El encuentro