Un Almuerzo entre Vecinos

Nada hacía presagiar el vuelco de ese día. Fue un día normal de confinamiento, si se le puede llamar normal al confinamiento. Ya llega la hora de almuerzo y de pronto suena el timbre. Molesta me acerco a la puerta, molesta porque mi almuerzo no consistía en comida, sino que en darme mi merecido placer de medio día. Mi vecino en mi puerta, "Te puedo ayudar en algo" Le pregunto "¿Puedo pasar?" osadamente me pregunta. "Claro" y lo desinfecto según mi protocolo. " En que te puedo ayudar, ¿Quieres un café?" Le ofrezco cordialmente "Claro, gracias" responde "¿Vives sola?" preguntas con asombro. "Si, ¿qué ocurre?" Ya pensando en llamar a la policía, esto se estaba poniendo extraño "¡ Tus gemidos me vuelven loco! Disculpa lo directo, pero desde un tiempo que no estoy con nadie y tus gemidos... ay! tus gemidos" "¿Que tienen mis gemidos? ¿Te molesta el ruido?" Sonreí pícaramente...