Rendido de placer para mi placer.

Ese día decidí mostrarte mi lado perverso, a ver como lo manejabas. Te planteé la idea a ver como te iba y para mi sorpresa aceptaste gustoso. Nuestra cama tenía esos pilares en las cuatro esquinas, así que decidí dar uso de ellos. Tome una cuerda y las ate a los dos postes de nuestra cabecera. Te entregue las cuerdas atadas a unos aros, para que alcanzarás a cogerla con las manos tendido en la cama. Te desnude y tendí dándome la espalda sobre la cama. Tome el lubricante y deje caer gotas sobre tu cuerpo, que saltaba al contacto de cada gota. Instintivamente tus manos fueron a las argollas, y el lubricante recorría tu hermosos glúteos. Mi dedo comenzó a viajar por tu espalda y se perdió entre ellos, masajeando lentamente preparando el área. Te retorcias de placer y decidí ir por más. Tus manos firmes aferradas, aferradas para soportar las embestidas que lentamente iba aumentando el ritmo y pro...