Como todo partió...

 


Mi primera cita despues de tantos años, no tenia idea que esperar, quien eras o con que me iba a encontrar.

Un saludo y una conversacion bastante liviana,  bordeando en lo aburrida y casi forzada. Básica.

Finalmente te despides para ir a otro compromiso."Que  descortés" pienso yo, sin  conocer los códigos de las citas por app.

Ya no recuerdo porque pero al despedirte me tomas  la mano mientras te alejas... sólo eso bastó. Un golpe eléctrico que erizó cada pelo de mi cuerpo, un deseo incontrolable, una excitación sin precedente. Tenía que volver a verte a como de lugar.

Finalmente tome coraje y te escribí para ver si también tenias ganas de volver a verme.  Me invitas a cenar a tu casa, tu cocinas. Yo voy sólo con un objetivo en mi cabeza.

Poco sabía yo que desde esa noche abriría una nueva puerta a un placer desconocido  para mi hasta esa noche,  una libertad sin  juicios, un erotismo del que no había regreso. 

Mientras cocinas,te miro haciendo small talk y sin parar de pensar como besaran esos labios y las ganas de perder modales y compostura. 

Como siempre ocurre me ofreces alcohol a  lo que respondo que no bebo."Hasta aqui no  mas llegó esto" pense yo, lo que habitualmente ocurre. Pero no, simplemente me  ofrciste un té y todo bien. Ya ibamos bien hasta ahí.

Te miro y no puedo evitar sonreir. Nunca he podido disimular lo que pienso, asi que fui tan obvia que me  preguntas:

¿Qué ocurre?

"Estaba  pensando como  besaran esos  labios" respondo sin pensar. ¡¡¡No puedo creer que esas palabras hayan salido de mi boca!!!

Incrédula de mi osadía, te quedo mirando esperando una evasiva. Pero aqui es donde todo parte, "Averiguemoslo" respondes, te agachas y me besas. 

Mis hormonas explotan, mi cabeza no le importa si besas bien o mal. Ya no puedo pensar. 

"¿Y que tal?" me preguntas.

Que te respondo,"Me dejaste muy excitada"  "Ven  y tómame aquí mismo"...  mil respuestas pasan por mi cabeza en un segundo.  Finalmente respondo: "Habría que probar de nuevo" ¿Quién es esta persona que habla a traves de mi? No puedo creer mi osadía. 

Te acercas, me levantas del asiento y me besas.  

Rápidamente ese beso lleva tus manos a recorrer mi cuepo y diriges mis manos hacia tu pene.  Demasiado directo para mi. Me  distancio y vuelvo a mi té, ¿por  que? Ni idea,  solo pienso en arrancarte la ropa.

Nuevamente la osadía se apodera de mí, te  tomo y beso para retomar lo que detuve. 

Honestamente no recuerdo en  que momento quedamos sin ropa, solo se  que tomé  los preservativos de mi cartera y fuimos a tu cuarto  sin siquiera hablar, sin ceremonias, sin ser politicamente correctos. 

Ya en tu cuarto me llevaste a saber como se sentía realmente un orgasmo, que uno, ¡¡cuatro!! 

No puedo olvidar el sudor, tu autoridad, tu control, tu dominancia, eras todo lo que en ese momento necesitaba.  Placer, sin juicios, sin nombres, sin límites, sin pensar.  

Me manejas con una maestría, me  giras, inclinas haciéndome  sentir un placer desconocido, me  llevas  a una excitación constante, interminable.  No puedo creer tu aguante. Entre sudor, gemidos, y  sin pensar, finalmente terminamos.  Te levantas, me besas y va a ver la comida en el horno. 

Vuelves y yo sigo ahí, desnuda sobre tu cama, aún incrédula y mi excitacion no ha disminuido  ni una milésima. Rapidamente volvemos  a partir,  tus manos en mi  cuerpo, la mia en pene, tus dedos jugando  con mi clitoris, tu boca en mis pechos. Y ahi vamos de nuevo,  estocada tras  estocada, orgasmo tras  orgasmo. Soy tu sumisa hoy, simplemente  sigo tus instruccines y porque no, si cada una  me lleva a un placer mayor que el anterior. Me giras, me  inclinas en  el ángulo preciso para sentirte entrar con tu bien dotado pene, te siendo a un punto que ya no basta  con apretar la almohada, con gritar hasta no poder más.  No hay ningún poco  de autocontrol.  Esa noche soy tu sumisa y por Dios que se siente bien serlo. 

Ya notamos  que son las  12 de la noche asi que tengo que irme. Nos reímos que nunca llegamos a comer, pero llegas con un tupper con mi porción. A lo que suelto una carcajada.

Pasan las  semanas y no te llamo ni me llamas, para que.

Pero vuelve el hambre, esas ganas de que vuelvas a penetrarme, de ese orgasmo. Así  que te escribo si quieres tomar desayuno y para mi sorpresa respondes qe no, que ya estas tomando. OK, pienso y sigo manejando.

No pasan ni 10 minutos y me escribes que vaya para tu casa. "Tengo solo un par de horas y me tengo que ir" Te aclaro.

Llego a tu casa y nos saludamos. Por respeto a tus vecinos caminamos sin intenciones hasta tu puerta, donde al cerrarla ya me besas, y empieza la acción, tú y yo sabemos a que vamos.  No es necesaria la formalidad ni apariencias. 

Llegamos  a tu pieza y te recuestas en la cama contemplandome. Me desvisto sin ninguna vergüenza de mi cuerpo, admiras mi ropa interior y me tiro sobre ti. Te monto de inmediato y empieza el baile: yo arriba, tu arriba,  en cuatro, de lado. Hasta llegar a mi nueva posición favorita, inclinada con mi cabeza contra el colchón y tu penetrandome fuerte, rapido, duro. 

¿Como lo haces? Ya perdi la cuenta de  cuántos orgasmos llevo. 

"¿Quien es mi puta?" me preguntas. 

Sorprendida y sin pensarlo respondo "Yo soy tu puta"

"¡Dime tus fantasias!"ordenas sin parar de penetrarme,

"Dos hombres y yo" (Empiezan el confesionario). 

Es una invitación a que empieces a jugar con mi ano, "¿Te gusta?" me peguntas. "¡Si!" respondo. 

Sacas un lubricante, aplicas un poco en mi ano excitandome aún más y pones otro poco en tu pene. 

Suavemente empiezas a entrar y para tu sorpresa me re excito. Un poco mas fuerte y profundo y un poco más excitada. 

No puedes creerlo, no puedes creer que me excite el sexo anal. Y vuela tu cabeza. Ahora tu pierdes el control.

"Este culo es solo mío" me dices posesivamente. 

"Si" te respondo.

No puedo sacarme de  la cabeza tu cuerpo apoyado sobre el mío transpirado, mientras no paras de penetrar mi ano. Sentir nuestras pieles rozándose, sudadas, excitados a más no poder, hasta que finalmente acabas. 

Te tiemblan las manos y las piernas. Te  levantas a buscar agua. Te deshidrate.

Me levanto y te digo, me tengo que ir. 

"¿Te quieres duchar? me ofreces.

"Bueno", respondo.  

Claramente no fue una ducha sola, y nuevamente empieza el baile en la ducha para luego volver a  terminar en la cama, para un ultimo round antes de partir.

Me visto, me besas y me llevas a la puerta.

Mientras manejo se me vienen flashes de memoria de tu pene en mi boca, tu cuerpo sobre el mío, tus dedos en mi clitoris. 

Que buena despedida para este excelente descubrimiento. A este conocer de una sexualidad libre, sin ataduras ni juicios. 

Y se nace esta nueva mujer , sexualmente deshinibida, en busqueda de nuevos placeres, has creado un mounstro y te lo agradezco. 

Me quedo con esos recuedos y tu teléfono. Pero ya no hay mas mensajes. 

Solo un eterno  gracias y hasta que llegue el nuevo placer.    

Comentarios

Entradas más populares de este blog

DND (Do not disturb) - No molestar.

El encuentro

Dime que pare...