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Mostrando las entradas con la etiqueta sexo

Antonio

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  Ella sólo se puso el vestido sobre su cuerpo, sin nada más bajo el. Sabía que este turno de noche lo tomaría Antonio, y sus labios ardían de deseo, ese que no había logrado satisfacer de otro modo. Sus pezones se marcaban en el vestido , dejando en evidencia su excitación y podía sentir la humedad entre sus piernas al caminar. Salió de su apartamento cada vez mas excitada e indecisa, tomo el ascensor. Sabía que tenía un paquete en la recepción y que debía retirarlo, esa sería su excusa, solo esperaba que fuera pequeño para que estuviera en el interior de la casilla de Antonio. Al llegar a recepción no había nadie, Antonio lo mas probable es que estuviera en el baño, así que decidió entrar a la casilla de los conserjes, esto facilitaría su plan, pensó. Al estar ahí, a pesar de que su altura le permitía sacar el paquete con facilidad, ella subió su vestido y se empinó de punta de pies, para dejar solo el borde de su culo a la vista, como una invitación para Antonio. Al lleg...

Carta para un ruego

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Un ruego a mis amantes: Hay veces que solo quiero que me arrojen contra la pared y me penetren ahí mismo. Pero también hay veces que quiero que lentamente de exciten, en la velocidad justa que bordee en la tortura explotando mi incapacidad de esperar, mi necesidad de control, mi impaciencia. Donde lentamente te pierdas en mi cuello y tus manos viajen por mi cuerpo bordeando mis zonas erógenas sin ir directamente a ellas, haciéndome casi rogar porque te pierdas en ellas y me lleve al clímax. Desnudándome lentamente, quitándome la polera, disfrutando cada centímetro de piel, tomándote el tiempo de sentir cada poro de mi piel. Liberándome de mi sujetador y deteniéndote a contemplar mis pechos, como si te detuvieras a ver la obra de arte más bella, para luego perderte en ellas, pero primero ve con el tacto, suavemente recorre mis pechos bordeándolos hasta llegar a los pezones a un ritmo perfecto, guiado por mis reacciones y cuando llegues a la cima presiones con fuerza ligera sus punta...

Un mensaje al vecino...

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  Buscando una excusa, te escribí un whatsapp que para mi sorpresa inició una larga conversación que terminó en una invitación para reunirnos al día siguiente en tu apartamento. Reunión a la que yo fui con mis intensiones muy claras y eran de llevarte a la cama. Toqué tu timbre y ¡GAME ON! gritaba mi cabeza, venía con todas mis armas listas y dispuestas, la Bestia venía hambrienta imaginando todos las formas en las que quería desatar mi lujuria sobre ti. Me recibes muy cordial, me ofreces un café y asiento. Comenzó una conversación donde lo único que estaba en mi mente era lo que la bestia planeaba mientras miraba tus labios. Pero, al salir del trance lascivo en el que me encontraba, pude notar en unos minutos tu indiferencia y desbaratando aparentemente todos mis planes. Mi respuesta interna no se hizo esperar y un lado mío quería ser directa, seducirte y cortar el juego de una vez por todas, mi otro lado contemplaba tu lenguaje corporal como un indicativo de la total ausencia d...

Lauren y Kate

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  Desmoronada, perdida, sentada con la cabeza entre las manos Lauren veía como la vida se le iba sin saber qué hacer.   "Estas bien?" una voz se oye sobre ella. Levanta la mirada y la ve a ella, gloriosa y radiante en su bello vestido negro que acentuaba las partes precisas de ese hermoso y distinto cuerpo, pelo negro azabache largo y ojos verdes penetrantes. "¿Café? le ofrece acerándole un café fresco. Confundida de porque una extraña haría algo así, llena de desconfianza del contenido del "café", porque si, a eso hemos llegado como sociedad, a dudar de las buenas intenciones de un buen samaritano o samaritana en este caso. "Tranquila, es solo café" le dice ella leyendo su mente "Es del carrito de ahí" refuerza apuntando al carrito, SU carrito, de café, donde todos los días pasaba por su dosis de cafeína diaria. "Gracias" responde mientras lo recibe, sorprendida y aún dubitativa. "¿Tu nombre?" pregunta ...

Hoy te quiero en mi cama. 

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  Sábado por la mañana, sólo tu y yo en casa.  Tu mano recorriendo mi muslo, tan lentamente, que alcanzo a percibir ese calor que emana sobre mi piel. Percibiendo como subes por mi pierna memorizando cada curva de mi cuerpo, en ese ritmo suave, tortuoso y perfecto.  Recorres mi camino sinuoso hasta mi trasero y con tu suave tacto se contrae mi sexo, hambriento, donde la tensión empieza a crecer, esa que solo libera presión dejando escapar uno que otro gemido, acompañando tu ritmo en un canto de profundo y ardiente deseo.   Si, contigo no hay vergüenza, soy yo y te encanta.  Vuelve mi atención nuevamente a ese calor entre tu mano y mi trasero,  ¡Como enciente mi hoguera!.  Lo sabes, porque ya conoce cada una de mis expresiones y te llena de goce excitarme con solo tocarme y ver como se encienden y cierran mis ojos rítmicamente en cada toque tuyo.   Tu mano sube en ese, al mismo tiempo, maldito y bendito ritmo. Esa mano grande, perfecta ...

Una sorpresa por la tarde.

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  Y una tarde sobre su cama miraba el cielo de su cuarto cuando de pronto se oye el golpe constante y con apuro en la puerta.  Decide ignorarla, no está para nadie hoy.  Pero persiste el golpeteo, una y otra vez.  A regañadientes se levanta ver por la mirilla y su mundo se detiene junto con los latidos de su corazón. Temblorosa toma la manilla de la puerta y lentamente abre.  Ya todo su cuerpo tiembla. Al abrir ve al otro lado de la puerta unos ojos verdes penetrantes acompañados de un hombre de buen porte.  De inmediato siente el piso moverse bajo sus pies. Lo reconoce de inmediato y sin mediar negociación alguna una lágrima cae por su mejilla.  Su mano va sobre la mesada de la cocina, para lograr mantener el equilibrio. ¿Que hace acá? ¿Como? ¿Por qué? Azotan miles de preguntas en su cabeza. Aun el hombre se encontraba al otro lado del dintel de la puerta, sin emitir sonido alguno más que el estruendoso mirar de sus ojos. Su mano izquierda se apoyaba...

La nueva compañera.

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  Me dieron la instrucción de enseñarte del trabajo. "Ella es Marla" no esté presentaron. saludos cordiales y virtuales. Si, aún encerrados. Partimos con las capacitaciones y me parecías muy simpática y bella. Siempre me he considerado hetero pero algo en ti despertó el hambre lujuriosa en mi, inexplicable. "Será la pandemia" pensé Por fín volvemos a la cooperativa y nos conocimos personalmente. Tu belleza era una oda a todas mis letras de este blog. Tu cabello negro azabache largo ondulado, tomado en una cola que parecía simple pero a mis ojos  enmarcaban con arte del cuadro de tu cara y cuello. Tu piel oliva, esos ojos grises y tu boca, ¡Oh!  tu boca. Ese dia la traías pintada con labial rojo. No se si logre disimular me excitación, senti el fuego en mis mejillas y tú sonreiste. Ese dia y las próximas semanas enteras compartiríamos casi exclusivamente para poder ponerte al corriente con todo. Conversando nos dimos cuenta que nuestros apartamentos eran ...

Un Almuerzo entre Vecinos

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  Nada hacía presagiar el vuelco de ese día. Fue un día normal de confinamiento, si se le   puede llamar normal al confinamiento. Ya llega la hora de almuerzo y de pronto suena el timbre.   Molesta me acerco a la puerta, molesta porque mi almuerzo no consistía en comida, sino que en darme mi merecido placer de medio día. Mi vecino en mi puerta, "Te puedo ayudar en algo" Le pregunto "¿Puedo pasar?" osadamente me pregunta. "Claro" y lo desinfecto según mi protocolo. " En que te puedo ayudar, ¿Quieres   un café?" Le ofrezco cordialmente "Claro, gracias" responde "¿Vives sola?" preguntas con asombro. "Si, ¿qué ocurre?" Ya pensando en llamar a la policía, esto se estaba poniendo extraño "¡ Tus gemidos me vuelven loco! Disculpa lo directo, pero desde un tiempo que no estoy con nadie y tus gemidos... ay! tus gemidos" "¿Que tienen mis gemidos? ¿Te molesta el ruido?" Sonreí pícaramente...

Cuando el placer se volvió texto.

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  Cae la noche. Hoy se cumple un año que el mundo decidió cambiar y pausar la locura de vida que estábamos acostumbrados. Detuvo planes, bodas, viajes...viajes. Finalmente había tomado el coraje de hacer ese viaje que tanto anhelaba, pasajes comprados y planes en curso. Buscando hostales y los lugares más seguros para quedarse, porque admitámoslo, al ser mujer debes cuidarte de esas cosas. Pero todo cambió, fronteras cerradas, pasajes reembolsados, confinamiento y mucha incertidumbre. ¿Habría trabajo? y la incertidumbre máxima ¿vamos a morir? A respirar y seguir adelante, que no toca parar. Por suerte había trabajo, pero la presión de éste mas la locura del encierro comenzó a cobrar una víctima en mí.   La ansiedad era más poderosa que cualquier atenuante al que hubiera tenido acceso en ese momento. Tranquilizantes comenzaron a entrar al juego: farmacológicos, naturales, todo, absolutamente todo lo que sugirieran que serviría. Al borde de la locura te manifies...

Deseo en cuarentena

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  Como poner en palabras este deseo. Estas ansias, esta hambre. Esos recuerdos de los encuentros pre pandemia rebotan en mi mente sin piedad hoy y al mismo tiempo se que no bastarían. Esa añoranza del beso, de esas manos que acompañan al beso. Esas manos que tras el beso inician ese excitante recorrido por el cuerpo, trazando un plano de donde esa boca luego retomara el trazo sobre el desnudo cuerpo. El momento de la primera penetracion, ese instante en que tu erección se abre paso entre el paraíso que se oculta dentro de mis piernas, ese primer gemido, tímido,  suave que luego se transformarán en bramidos de placer sin control. Pero hoy más que despiadado sexo lo quiero con intimidad en la mezcla, con complicidad de dos personas que las ganas les ganaron y simplemente se rinden al yugo del deseo. Esas manos que afirman las mías sobre la cabeza entre embestida y embestida, mientras tu boca a centímetros míos jadea evidenciando lo excitado que estas mímicando mi excitaci...

Átame

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  Atada en tu cama, vendada suavemente,  espero impaciente en tu cama a ti. Se  oye una música muy incitante de fondo, con un volumen adecuado para no ser molesta pero perfecta para oír esa letra con las perversas cosas que me quieres hacer. Se sienten horas, pero en minutos siento tu presencia frente a mi y oigo que dejas algo en la mesa del velador. Un aceitoso liquido cae en mi piel de improviso, que mi primera reacción es dar un pequeño salto.  Luego siento tus manos untarlos en todo mi cuerpo, esa textura oleosa permite que las yemas de tus dedos recorran suavemente mis hombros, mis pechos, mi cintura.  Te siento cada vez más cerca de mi ingle... te acercas más y más.  La impaciencia se confunde con la excitación o la aumenta, la verdad ya no lo tengo tan claro.  Solo se que cada milímetro que te siento más cerca de mi intimidad me hace explotar de deseo. 

Entre mis sabanas…

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  Entraste a mis sabanas , y encontraste nada más que mi desnudo cuerpo dentro de ellas. Iniciaste tu recorrido por mi cuerpo desde los pies, saboreando cada paso que dabas.   Sin verte, sentía bajo las sabanas esa electricidad del roce entre tu boca y mis piernas .   Esa electricidad de sentirte subiendo por ellas, electricidad que se transformaba en ansiedad porque me permitieras sentirte entre mis piernas en ese nido que gritaba ser descubierto por esos labios. Cada toque de tu boca activaba esa sección que tocabas en mi piel, como si esa sección de piel se separara de mi cuerpo, quedando conectada sólo por hebras eléctricas que generosamente compartían placer con el resto de mi piel. Era como si tocaras un piano, a cada golpe de tecla el martillo golpea la cuerda que genera el sonido, a cada toque sobre mi piel golpeabas una nueva hebra de placer que retumbaba en todo mi cuerpo, una onda expansiva que culminaba liberando una nota de placer encubierta por un g...

Simplemente tres....

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  Mi corazón no podía creer su suerte nos encontramos y nuestras perversiones encajaron. Llevamos más de un mes y hasta hoy todo había sido "normal" dentro de mis perversiones. "Cuéntame tus fantasías "fue todo lo que bastó que dijeras. "Quiero un trío pero con un hombre" respondí y mis ojos se encendieron. "Perfecto, ¿con quien?" respondiste para compracerme.   Amas arder en mi infierno. "Conozco a alguien, solíamos coger en el pasado". Directa no Iba a adornar aquello que no era más que eso sexo. "Llámalo" me dices. Un silencio entre los dos clave mis ojos en ti,  conoces bien esa mirada. "Déjame arder en este  infierno, sabes que me gusta" refuerzas. Tomo el teléfono y llame a mi pasado se que él siempre está dispuesto a un buen rato. "A las 8 entonces la direcciones St Paul 9.11, habitación 701. Nos vemos" corto el teléfono. "Reserva la habitación de siempre", susurros m...