La nueva compañera.
Me dieron la instrucción de enseñarte del trabajo.
"Ella es Marla" no esté presentaron.
saludos cordiales y virtuales. Si, aún encerrados.
Partimos con las capacitaciones y me parecías muy simpática y bella.
Siempre me he considerado hetero pero algo en ti despertó el hambre lujuriosa en mi, inexplicable. "Será la pandemia" pensé
Por fín volvemos a la cooperativa y nos conocimos personalmente.
Tu belleza era una oda a todas mis letras de este blog. Tu cabello negro azabache largo ondulado, tomado en una cola que parecía simple pero a mis ojos enmarcaban con arte del cuadro de tu cara y cuello.
Tu piel oliva, esos ojos grises y tu boca, ¡Oh! tu boca. Ese dia la traías pintada con labial rojo.
No se si logre disimular me excitación, senti el fuego en mis mejillas y tú sonreiste.
Ese dia y las próximas semanas enteras compartiríamos casi exclusivamente para poder ponerte al corriente con todo.
Conversando nos dimos cuenta que nuestros apartamentos eran cercanos y optamos por irnos juntas a la oficina.
Te pasé a recoger y ese dia iba con mi falda que al manejar sube justo en el límite de la decencia. Mis botas altas stiletto, blusa escotada y una chaquetita.
Al entrar al carro, no disimulaste tu asombrp y evidente excitación.
"Era mutuo" respire aliviada.
Puse primera y partimos hacia la oficina.
"Te ves increíble hoy, muy guapa" me dices
"Tú también, como siempre" respondí. La verdad no se como lo haces, pero siempre estas despampanante.
"Gracias, me gusta que te guste" me dijiste ¿Cómo?, pense ¿Me esta coqueteando?
"¡Siempre!" fueron las palabras que brotaron de mi boca sin control.
"Esa falda te queda perfecta" y tu mano fue a mi pierna.
"¿Puedo o es solo mi imaginación que esta química es mutua? me preguntas.
"No es tu imaginación, si puedes" salían de mi boca ya sin control las palabras.
Luz roja y tu mano subía cada vez más por mi pierna. Mi respiración estaba visiblemente agitada, casi incomoda, te mire y mi mano fue a tu cara.
Ambas estábamos vacunadas, pensé.
Sin sacar mi mano de mi muslo subiste un poco mi falda y acercaste tus labios a los míos.
Claxon!, Luz verde. De un golpe saltamos, nos reímos al salir del trance y puse primera de nuevo.
Ya nuestras manos navegan por nuestras piernas dentro de lo que la seguridad permitía.
Tomé una ruta por un camino industrial que sabía estaba sin trabajadores a esa hora y aparqué el carro, tome tu cara y sin aviso te besé. Cerré las puertas del auto, sacamos nuestro cinturones de seguridad y de un salto estaba sobre tí. (de dónde saqué está destreza me lleva)
Tus manos bajo mi blusa y las mías bajo la tuya recorrían esos montes perfectos, mientras que nos besábamos con la desesperación de quien espero 100 años por ese beso.
Beso tu cuello "Vigila" te ordené.
Mis besos bajaron por tu cuello y con mis manos alce esos montes hasta dejarlos a la altura de mi boca donde di rienda suelta a mi goce. Con mi lengua recorri cada textura de esos pezones y mis labios besaban esa suave piel. Simplemente me perdí en ellos y tú gemidos me indicaba en que algo estaba haciendo bien.
Tus manos aferradas a mi trasero y llevé mis manos al respaldo del asiento, volví a besarte. ¡Como no besarte!
Nadie alrededor y tus manos subieron un poco más mi falda. Ese traviesa mano corrió por dentro de mí falda hizo a un lado me tanga y comprobó mi humedad y excitación.
Ese bendito par de dedos jugaron con mi clítoris hasta que mis gemidos llevaron mi cabeza hacia atrás.
Nuestros vidrios ya estaban empañados.
Aferrada al respaldo como si fuera mi almohada ante la experiencia de tus dedos en minutos me hicieron llegar a un estruendoso climax, justo que tu mano libre tapó mi boca para callar ese bramido de placer que fue imposible de contener.
Suelto el respaldo del asiento beso tus labios, cuello y me quedo un segundo perdida en tu aroma.
De vuelta mi asiento nos corregimos el maquillaje puse primera y retomamos el camino a la cooperativa.
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