Hoy el amor vence la perversión.

 

Es una locura, me repetía sin cesar.

Yo no hago este tipo de cosas, mi cabeza me aleccionaba mientras salia del counter,

¿Y si todo sale mal? Mi cabeza repasaba todos los posibles escenarios desfavorables mientras cruzaba policía internacional y me dirigía a mi puerta.

Aun puedo parar esto, siempre puedes devolverte me decía mi razón preparando el plan de huida, mientras me sentaba en las sillas aguardando entrar al avión. 

Era como que mi cuerpo, mis ganas dictarán el paso, mis acciones y mi sabios consejeros inconsciente y razón quedaron rezagados ante tanto poder.

Es hora de abordar. Me detengo en la puerta y respiro profundo mientras entrego el ticket a la aeromoza.  "Srta. Luisa, debe abodar" me reprime la aeromoza con impaciencia, como si fuera parte de este complot entre mi cuerpo y mis ganas.

"Que estoy haciendo" me repito ya a viva voz mientras camino por la manga que más parece el camino al infierno. "Debo devolverme, aun puedo" nuevamente la razón con el plan B.

Dejo mi equipaje en las gavetas y tomo asiento junto a la ventana, siempre escojo ventana. 

Como sentencia se cierra la puerta el avión y mi desesperación se dispara. Ya no hay vuelta atrás. "Tranquila, no tienes porque quedarte, vas y tomas el próximo vuelo" mi razón me provee de un calmante plan C.

Finalmente esos calmantes le ganan a mi ansiedad y me rindo a ese sueño de 13 horas. 

Me despierta la Aeromoza indicándome que hemos llegado y debo bajar. "Durmió todo el viaje" me refuerza.

Mi corazón se paraliza, "¿Ya estamos en Barcelona?" Pregunto con voz entrecortada.

Me mira con ternura, como leyendo mi desesperación y me sonríe.

Tomo mi equipaje y salgo del avión rápidamente mirando donde esta el counter más cercano para parar esta locura.

Debo salir para comprar el pasaje, esto arruina mis plan C.

Salgo de policía internacional luego de un largo cuestionario, pero no mas largo que el que me hago yo segundo a segundo de que estupidez hago acá. 

Iba decidía al counter saliendo de policía, pero me cruzo con tus felices ojos, esos que solo conocía por una pantalla. Todo se detiene. No camino ni dejo pasar, ya la gente me esquiva, como el río cuando una piedra obstruye el cauce.

No nos quitamos la mirada, no se si fueron minutos, horas o segundos.  Solo se que mis pulmones y corazón olvidaron sus tareas.

Finalmente te acercas, me abrazas y como dándome vida para sacarme de este trance me besas. ME BESAS

Esos labios que saben infinitamente mejor en persona y traen paz y acuerdo entre mi razón y mi cuerpo. "Esto es real" mi cabeza, cuerpo y razón hablan al unisono.

Te abrazo con fuerza, tomas mi equipaje y nos dirijimos a tu coche. 

Sin cruzar muchas palabras, ¿como se pone todo esto que siento en palabras? ¡yo! La que nunca se queda sin palabras, la que escribe líneas y líneas de emociones y sentimiento esta ahora sin nada que decir. Solo contemplarte y acariciarte.

"Perdón, no se que me pasa, no salen palabras de mi boca" te excusas dando un alivio a mi ya desesperada mente..

"Me pasa igual" te respondo. Se que te calma mi respuesta.

Manejamos a tu apartamento mientras me narras la ruta y sus hitos. 

Mis ojos están intoxicados por tu presencia, por esos ojos azules que me vuelven loca, me tienes intoxicada. 

Finalmente llegamos a tu casa, mi corazón se detiene  nuevamente,  todo se a vuelto muy real y el pánico se hace presente. 

Como leyendo mi mente me besas devolviendome la calma y nos bajamos.

Entro por tu puerta,respiro y te beso, necesito de esa paz ahora o iré corriendo al aeropuerto de vuelta.

Esta vez ya tus besos no vienen solo a darme paz, sino que un intoxicante deseo se enciende en mi cuerpo, ese que nos unió la primera vez, ese que despertó a la bestia en mas de una ocasión entre los facetime y llamadas.

"¿No estas cansada?" Preguntas

"No para esto" respondo directamente

Desato tu locura, tus manos me despojan de toda mi ropa en segundos, y las mías espejan cada uno de tus movimientos. Tu boca no para de besarme, tu lengua finalmente conoce la mia, ¡y que reunion!

Tomas mi mano y me tiendes sobre esas sabanas grises, suaves, perfectas.

Lentamente recorres y besas cada milímetro de mi cuerpo, subiendo hasta llegar a mi boca, tus manos se entrelazan con las mías y las llevas sobre mi cabeza mientras siento tu dureza entre mis piernas.

Nos miramos fijamente,  siento tu respiración agitada al ritmo de la mia, y lentamente tu rigidez entra en mi, relatando la historia que nuestros ojos se cuentan.

Ya no es preciso soñar, imaginar, ahora te siento, perfecto dentro de mi.

Un gemido se escapa tras la primera entrada, suave por mi húmedo pasaje. 

Tus manos van a mi cara y me besas mientras entras otra vez y otra vez.

Mis ojos se desconectan de los tuyos porque mi espalda se curva y lleva mi cabeza hacia atrás. 

Besas mi cuello, lames mi cuello embiste tras embiste y ahora mis manos se aferran a tu culo como naufrago de una tabla, como si mi vida dependiera de ello. 

Y de pronto caigo en cuenta que te tengo ahí, frente a mi, y me permito recorrer tu espalda con mis manos, tu culo, tu cuello, tu cabello, tu barba, todo lo quiero sentir sin que pares de llenarme de placer.

Aceleras el paso, sin despojarnos de la ternura que extrañamente dicta las acciones de estos pervertidos, hoy el amor vence la perversión.

Simple misionero, me embistes una y otra vez llevándome al borde del clímax con una rapidez nueva para mi.

Mis uñas se clavan en tu espalda solo porque puedo,  y tu mano va a mi cuello dando esa presión mínima pero que marca tu presencia ahí. Nuestra propia dulzura, nuestras reglas.

Ya tu sudor moja mis pechos y vientre. Se que te acercas al climax y no quiero que pares, por lo que te beso y marco el ritmo con mis manos en tu culo.

Más fuerte y más fuerte, más rapido y más rapido...nuestros gemidos ya son parte de la música de fondo.

Y de pronto mi cuerpo estalla junto al tuyo donde nuestros gritos hacen un eco expansivo que llena todo tu apartamento. 

Caes sobre mi y sin movernos, sin que salgas dentro de mi, nos quedamos ahí, mirándonos y dejo que el sueño me venza.