Desde mi ventana.
Apoyada con mis manos en la mesa, contemplo por la ventana tu ventana y cierro mis ojos...
Siento tu boca en mi cuello y tus manos en mis hombros que se deslizan lentamente por mi espalda a mi cintura. Se quedan ahí mientras tu boca sigue besando mi cuello, electrizando mi piel. Luego tus manos se deslizan hacia adelante y desabrochar mi pantalón.
Yo paso mis dedos por tu cabello mientras sigues en mi cuello.
Dios! Ya siento como la excitación me humedece.
No doy más de ganas de girarme y besarte, pero me quedo ahí, inmóvil, disfrutando cada segundo tus labios en mi piel, tus manos recorriendo mi cuerpo.
Bajas mi pantalón, luego mi ropa interior y con decisión me giras y para mi sorpresa te arrodillas.
Me besas entre mis piernas y te quedas ahí maestralmente usando tu lengua en mi, sabes exactamente que hacer y mi mente me lleva a todas esas historias que cree en mi mente viendo tu ventana, no puedo creer esto pero gozo cada movimiento, cada gota, cada segundo. El calor recorre mi cuerpo y sigues, a un ritmo perfecto llevandome al climax. De milagro no grito...
Abro mis ojos mientras aún tiemblo y te veo frente a mi excitado y duro.
Cambio de roles y te empujo hacia la mesa, beso tu cuello, me tomo mi tiempo en bajar con mis manos... un poco de tortura no viene mal. Finalmente llego a tu pantalón y lo desabrocho, bajando al mismo tiempo tu ropa interior. Estas muy duro....
Me arrodillo, y meto tu duro y húmedo pene en mi boca y juego con el hasta que ya no das más y llegas al climax. Seco mi boca con mi dedo, mirándote a los ojos de rodillas.
Me paro y nos miramos....me tomas de la cintura y dices: ¡A la mierda con el Covid!
Me acercas bruscamente y me besas, en un beso eterno, caliente y excitante. Que me transporta nuevamente a millones de fantasías contigo.
Me tomas de la cintura, me subes a la mesa, me acercas al borde y ya estas dentro de mi. Ya no hay vuelta atrás y no me interesa. Cada vez más y más rápido y fuerte hasta que por miedo a romper esa mesa me bajas y giras dejándome con mi pecho apoyado sobre la mesa y mi cuerpo doblado listo para ser penetrado.
Partes con suavidad, penetrandome una y otra vez aumentando la fuerza y la velocidad hasta llevarnos nuevamente al climax.
Solo queda vestirse.... pero los dos sabemos que esto es solo el comienzo de un muy placentero y pecaminoso camino.
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