Mi regalo de aniversario
Entro al departamento, todo en silencio y oscuro.
Ha sido un día muy agotador mentalmente hablando, que bueno llegar a casa.
Tus manos me giran y con una venda cubren mis ojos. Mi corazón se
acelera ante tan excitante propuesta.
Tus brazos me recorren familiarmente, para luego un nuevo par de brazos
nuevos toman mi cara y me llenan la boca con un grueso miembro.
¡Cambio! gritas autoritario y todos se retiran.
Entra una bella y voluptuosa mujer, lo noto por las sombras que genera
la tenue luz de las velas. Toma mi cintura y me besa.
Que labios más suaves y que piel más deliciosa. Me entrego completamente
a tus instrucciones mi señor.
La acomodas a tu antojo para luego y sin sacarme los ojos de encima,
penetrarla una y otra vez. Sin ella dejar de complacerme oralmente, esta escena
me lleva a una excitación que me despoja de todos los límites. Ya no pienso, ya
no tengo lógica, ya soy una esclava de mi excitación y lo notas.
¡Esta lista! gritas.
Entran nuevamente los tres hombres, uno que me toma y me lleva contra la
pared. Tú te encargas de hacer desaparecer el más mínimo trazo de luz y la penumbra
se lleva toda silueta de mis ojos. Me ponen las manos contra la pared dejándome enfrentada a la pared con
sus manos inmovilizando las mías.
Nuevamente me embate un nuevo miembro sin ella salir de mi, me penetra
una y otra vez analmente mientras mi favorita me entrega placer oral ¿Es
posible tanto placer? ¿Cuántos mas vienen después de él?
Un embate detrás de otro, una textura distinta a la anterior, unas manos
mas ásperas que otras. Gozando cada embate, cada caricia de mi favorita y se me
viene a la mente ¿Dónde estás tú?
Finalmente me liberan y mi favorita me lleva al sofá. Donde solo somos
nosotras y ya no hay mas embates.
Frenéticamente la beso, sintiendo sus deliciosos pechos, su cintura y
finalmente llevando mis dedos a penetrarla para comprobar lo húmeda que esta.
Decididamente la llevo al otro lado del sofá para ahora yo sumergirme en
su intimidad, saboreando su jugo, penetrándola con mi lengua, succionando ese
delicioso clítoris. Pero algo me falta,
me levanto y te veo junto con tres hombres mas masturbándote frente a este lésbico
cuadro.
¡Penétrame! te ordeno. Cambio de rol.
Rápidamente te pones tras de mí y
mientras continúo saboreando a mi favorita siento tu embate una y otra vez,
delicioso y duro. Mi favorita ya no puede más de placer y mientras la complazco
oralmente mis dedos la penetran simultáneamente vaginal y analmente.
¡Qué interior mas delicioso! No puedo evitar de pensar.
La llevo al orgasmo y se retuerce de placer dejando correr ese delicioso
líquido de su interior que bebo gustosamente. Al mismo tiempo que tú me acercas
cada vez más al clímax. Pero mi atención solo está en gozar, gozar de ti, de
ella y de estos extraños, el orgasmo ya no es meta frente a semejante abanico
de placeres.
Mi favorita se levanta deteniendo tu embate. Me toma en sus brazos y me
besa como queriendo sentir su sabor. Nuevamente sólo existimos las dos. Ahora
las caricias son suaves y tiernas entre nosotras.
Desde el rabillo de mi ojo te veo sentado masturbándote frente a esta
escena, sin entender cómo has aguantado tanto tiempo sin acabar.
Al ver tu pene, recuerdo que es lo que mi favorita no puede darme y
rápidamente me siento sobre tu pene para que me dé ese placer que solo tú sabes
darme. Pero después de tanta variedad empiezo a sentir en falta otro estímulo y
señalo a uno de los hombres que rapídamente obedece y me penetra analmente
mientras tu continuas dentro de mi besando mis pechos.
Ya no hay tabúes, no hay límites, solo hay placer.
Todo se vuelve borroso, sudoroso, caliente y finalmente el placer
explota en mi. Un placer sin control, ni volumen y caigo rendida sobre ti, mi
hombre.
Me miras claramente aun excitado y mi favorita va a complacerte mientras
yo tomo distancia y solamente miro este cuadro. Este permitido tabú. ¡Penétrala,
fuerte y profundo! ¡Quiero verla gritar de placer!.
Ya somos solo los tres en la casa, y bajo mis instrucciones la penetras,
fuerte, profundo mientras yo simplemente los contemplo.
Agarras sus hermosos pechos con fuerza mientras ella está sentada sobre
ti, baila sobre ti, baila ensartada en
ti, mueve esa cadera para llevarte mas y mas adentro de ella. Esos deliciosos
pechos siguen su ritmo y me tienen hipnotizada, no puedo ver otra cosa más que
ellos.
No me resisto mas y tengo que tocarla. Mis manos van inmediatamente a
agarrar esos pechos que me llaman, esa espalda que deja deslizar una gota de
sudor hasta tu trasero que me invita a penetrarla con mis dedos, mientras mi
otra mano toma firmemente tu pecho.
Tu espalda se arquea de placer, permitiéndome besar su boca al ella
girar su cabeza buscándome.
Pero las ganas de mi son mas y se gira para quedar de espalda a ti y de
frente a mí. Nuevamente la penetras y ella con sus ojos clavados en mi me llama
a masturbarme. No puedo evitarlo, aunque no sé de donde saco tanto placer,
tanto aguante.
Mi húmedo clítoris grita por los labios de mi favorita, y pareciese que
los escuchara porque se arrodilla y obedece el llamado llevando esa maravillosa
lengua y labios nuevamente a mi intimidad y tu no paras de clavarla una y otra
vez, mas y mas fuerte. Esta escena te vuela la cabeza.
Finalmente llegan los dos al orgasmo. Ella se levanta sudorosa, jadeante
y me besa, me besa con sabor a mí.
Gracias mi amor por este perfecto regalo de aniversario.
Un regalo por y para ser regalado en entregas de exquisita lectura, hacerlo sentir aún vivo aun perteneciendo a fantasía o realidad y se confundan como casi inseprables⚘🖤
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