Dame chance...
Un día normal en casa y mi timbre suena.
Es una tarde tranquila, solo con una falda y polera abro la puerta para encontrarme con semejante sorpresa.
Te acercas y me dices: "Se que me dijiste que ya paso mi tiempo, pero aquí estoy, estamos solos y ya no me importa el COVID"
Me tomas de la cintura y me acercas a ti, ambos aun con mascarilla.
Me preguntas: "¿Y a ti?, dame chance"
No puedo mentir, los deseos son superiores a mi control.
Te saco la mascarilla y hago lo mismo con la mía, me tomas con fuerza y me llevas a la pared. Me besas, fuerte, apasionada y excitantemente. Ya he perdido todo mi control y claramente tu también.
Ya somos simplemente esclavos de nuestra pasión.
Tus manos bajo mi polera buscan mis pechos, mientra que la mia recorre tu espalda gozando cada centímetro hasta llegar a tu culo, que agarro con fuerza empujándolo contra mi.
Como bien sabes que me gusta, besas mi cuello, mis pezones sobre la polera, mientras yo busco desabrochar ese cinturón y ese pantalón.
Me tomas de las caderas y me levantas para abrazar con mis piernas tu cintura.
Me llevas hacia la cama, porque no podemos esperar ni un segundo más, subes mi falda mientras bajo tu ropa interior y siento tu húmedo pene entre mis dedos.
Te tomo ese culo y presiono contra mi llevándote a penetrarme una y otra vez...
"Más fuerte" te digo y muy obediente haces caso a mi instrucción, hoy yo mando.
"Girame" y me tomas de la cintura dejandome en cuatro, tomo tu mano y la llevo hacia mi cabeza para que la lleves hacia abajo, dejando ese ángulo delicioso que hace sentir la penetracion más excitante y profunda que nunca.
Tomas el control y ahora agarras mis manos y las sostienes con tus manos en mi espalda inmovilizadome, la excitacion es cada vez mayor... "más rapido" "no pares".
Ah! Me haces llegar al climax agotada, para luego ir a mi otro deleite. Mi ano.
Me penetras delicadamente, pero ya estoy más que dilatada para ti, así que fácilmente entras.
Se escapa un intenso gemido de placer que no pude controlar, a lo que doy luz verde para desatar tus pasiones. Ya descontroladamente me penetras una y otra vez, gimiendo, gritando ya de placer, esa deliciosa mezcla de placer con dolor, esa justa medida que te excita más aun. Esa dosis justa y recomendada.
Tu cuerpo sobre el mio ya deja caer el sudor, esas gotas que me muestran lo excitado que te tengo y me calienta aun más.
Gritas mi nombre al acabar y me vuela la cabeza. Liberas toda tu leche en mi, tanta que la siento escurrir por mis piernas.
"No quiero que el placer acabe" te obligo.
Me giro y te pones de rodillas frente mi.
Tu boca besa mi intimidad una y otra vez. Esa lengua que recorre mis labios, mi clitoris y chupa, lame y juega con él.
Que delicia...
Metes tu dedos dentro de mi humedecido interior y te sorprendes de lo excitada que aun estoy, los lubricas con mi humedad y me penetras doblemente mientras tu lengua juega con mi clitoris.
Mi espalda se curva de placer, ya no puedo más... "¡Me voy!" Grito
"¡Grita mi nombre!" Me ordenas
Con mayor intensidad vas y tu lengua me masturba magistralmente hasta llevarme al clímax gritando tu nombre a los cuatro vientos.
Para mi sorpresa tu pene esta erecto y listo para la segunda vuelta.
"¡Entra de una vez!" grito rogando más placer.
Y esta vez el placer es más allá de lo jamas sentido, mi cuerpo se retuerce de placer con cada embestida de tu miembro.
Como un acto de piedad acabas y agotados nos dejamos caer para caer en un profundo sueño.
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