El Voyerista
Son las 11 de la noche y estoy acostada e inquieta en mis cama.
La luna en mi ventana, brillante hermosa y llena. Un cielo despejado, esa luna que enciende esa pasión incontrolable en mí, con esa tenue luz bañando mi desnudo cuerpo llevo mis manos a mi vagina hambrienta de placer.
Acostada en mi cama, comienzo el juego y traigo mi selección de hoy: mi dildo anal, y el dildo tradicional acompañados por mi consolador.
Mi desnudo cuerpo tendido, una música sexy de fondo, con la ventana abierta para bajar un poco el calor infernal que hace tanto dentro de mi como fuera.
Comienza el ritual con mis manos en mi cuerpo, mis ojos cerrados, simplemente sintiendo cada centímetro de mi piel, cada centímetro de este cuerpo que me excita, recorro cada centímetro, juego con mis pezones, mis muslos para luego llegar a mi clitoris y juego un rato para prender motores.(No que sea necesario)
Un poco de aceite corre por mi dildo anal preparándolo. Suavemente lo introduzco y enciendo ¡Que placer sentir esa vibración dentro de mi!
Ahora paso a recorrer mi cuerpo con mi vibrador, mis labios, toda mi intimidad... me gusta recorrer el terreno y ver que spot hoy esta más encendido.
Lo encuentro y empezamos. Mi cuerpo se retuerce casi inmediatamente de placer, ese punto hoy esta perfecto.
Piernas juntas y piernas abiertas, vamos variando según sea la intensidad y que delicia más grande y que humedad hoy me acompaña, hoy no necesitamos apoyo para lubricar, esta humedad no cesa.
Ya no puedo contener los gemidos y las contorsiones de mi cuerpo. Siento el sudor caer por mis piernas y cuerpo.
Mi mano libre va a mi pecho y pezón, para jugar un rato ahí, mientras masajeo un poco más ese lugar en mi clitoris.
Desbordada de placer, tomo mi dildo grueso y largo. Sin necesidad de lubricacion lo inserto dentro de mí sin parar de estimular mi clítoris y ano... ¡¡¡¡Que placer más grande!!!!!
Mientras me retorcía de placer, casi llegando al climax veo por mi ventana y te veo ahí, desde tu balcón un piso más arriba que yo, me contemplas y masturbas mientras me miras.
Ya cruce mi frontera de pudor, así que mis ojos clavados en ti y continúo masturbándome y tu haces lo mismo.
El que me contemples me excita aun más, o definitivamente ya pase el humbral del pudor.
Se acerca el climax, ya no controlo los gemidos y tú tampoco. Es como si conversaramos en nuestro idioma carnal.
Te veo ahí, mirándome, masturbando ese glorioso miembro, pero más me excita ser el motivo de esa erección.
Seguimos ese baile y lenguaje por un tiempo. Deseando tener ese miembro en mi boca y tu mi cuerpo en tus manos.
Sin control ya llego al climax mojando toda mi cama y mis gritos son enmudecidos por la sobrecarga de placer. Mi espalda se arquea sin control ya. Siento un golpe eléctrico por todo mi cuerpo, como que mi cuerpo gritara a todo pulmón, pero de mi boca no sale sonido alguno, solo la mano retuerce la almohada.
Levanto la vista y te veo desbordadamente excitado, masturbandote rápidamente.
Tomo mi dildo, que en mi climax lo expulse de mi vagina bañado en mi humedad, sin sacarte los ojos de encima lo tomo y llevo a mi boca, chupando ese delicioso sabor a mi, imaginando como sería tu sabor.
No lo resistes, terminas y veo tu leche caer por tu balcón sin control.
Con mis piernas abiertas nos miramos un momento mientras yo contemplo esa anaconda que ahora descansa entre tus piernas.
Te cierro el ojo, tiro un beso y cierro la cortina. Buenas noches mi cómplice, mi voyerista. Hasta la próxima.
Comentarios
Publicar un comentario
Déjame tu comentario