El Juguete

 



Me acerco a tu escritorio y te dejo una caja de regalo pequeña.

¿Qué es? preguntas

"Ábrelo" respondo

"¿Acá?" preguntas

"Si, delante mío" respondo

Abres el regalo y ves un control morado dentro de la caja.  Tus ojos se abren, sé que sabes que es.

"Aprieta ese botón" te digo mordiendo mi labio.

"¿Es lo que creo?" Me preguntas como niño en navidad

"Presiona y lo sabrás" respondo

Impaciente lo presionas, escuchas un leve zumbido, casi imperceptible.  Son las 7:30am, no hay nadie en la cooperativa.

Me apoyo contra la mesa, esa vibración me humedece casi instantáneamente.

"¡Lo tienes puesto!" Gritas con alegría.

"Es tu regalo, puedes jugar todo el día con él" te respondo y sonrío.

"Siéntate, para que sea más intenso. Al borde de la silla" Me ordenas.

Obedezco , se siente increíble y tu excitación es muy evidente.

"El mejor regalo" me celebras, mientras muevo mi cadera hacia adelante y atrás, presionando ese juguete dentro  y sobre mí.

De pronto lo apagas. Empezó a llegar gente.

Me levanto muy excitada para irme.

"Ahora tendré que esperar un poco  para levantarme, mala mujer" me reprimes con una sonrisa en tus labios.  Llevas atrás la silla para dejarme ver lo excitado que estás.

Pasa el día y sentada en mi escritorio te veo llegar y te sientas en  la silla frente a mí.

De fondo se escucha ruido de conversaciones y música.  De pronto siento el juguete empezar a vibrar y me acerco al borde de la silla.

Te pones a hablar de trabajo mientras yo no puedo entender una cosa de lo que dices, solo escucho a ratos pero no puedo procesar lo que me dices y te causa gracia.

Nos excita el peligro, el que esto es prohibido, el que nadie debe saber. Abro mis piernas y llevo mis caderas sutilmente para adelante y atrás.  Mis manos están sobre el escritorio y mis ojos clavados en los tuyos.

Lo apagas y simplemente me miras. Disfrutas controlar el placer que me das.

Tomas tu teléfono y escribes en el. El mío dispara un mensaje que dice: "Eres mía hoy, soy dueño de tu placer por 8 horas. Prohibido sacárselo"

"Si mi señor" te respondo mordiendo mi labio.

"Bien, así me gusta" texteas de vuelta.

Te levantas y te vas.  En el camino el juguete se enciende y no puedo evitar saltar entre la sorpresa y el placer. Luego se detiene.

"Eres mía" aparece en mi pantalla.

Te miro y sonrío. "Si mi señor" te escribo.

Cada reunión que tengo ese día, pasas y lo enciendes. Disfrutando de mis saltos, disfrutando de mi tortura de disimular frente a todas esas personas.   Lo enciendes  y apagas a tu antojo con una deliciosa maldad.

El día pasa entre encendidos y apagados, entre humedad y vibraciones sorpresas, cada instante mas excitada.  El no saber cuándo empezaras de nuevo.

Intento disimular mi placer en cada reunión, por muy poco lo logro ya en la última del día, me acerco a mi límite.

"Te sientes bien?" me pregunta un colega.

"Sí, estoy cansada, eso es todo" le respondo. Que excitante este juego.  

Finalmente se acaba el día, ese día eterno que ha sido la más excitante tortura.

Me llega un mensaje, en él una foto de tu pantalón evidenciando tu excitación. "Te quiero en 3 minutos en la bodega con la luz apagada" me ordenas.

"Si mi señor" respondo sumisamente.  Este juego me encanta.

Obedientemente te espero en la bodega con la luz apagada y siento pasos que se acercan. Mi corazón salta de mi pecho.

De pronto esa electricidad de la vibración se apodera de mi interior, esta vez me reclino sobre la estantería y llevo mi mano a mi entrepierna para sentir aún más. No es suficiente, así que abro mi pantalón y meto mi mano dentro de él para poder dar más presión aun al juguete dentro de mí. La puerta se abre y mi corazón se detiene mientras rápidamente saco la mano pensado que he sido descubierta.

"Adiós" gritas mirando la salida del edificio.

"Veo que no pudiste esperarme, hambrienta" me reprimes.

Sonrío y miro con sumisión y picardía al mismo tiempo.

Cierras la puerta, bajas tu pantalón y tu erecto miembro se libera de la opresión del pantalón.

"Mira como me tienes" me reprimes.

"Ahora te quiero de rodillas, pero ciérrate ese pantalón" me ordenas.

Obedezco y llevas mi cabeza a tragar tu miembro, que gustosamente como.

Tu mano en mi nuca controla mi ritmo y profundidad. Siento como te engrosas, como con cada tragada te acercas mas a explotar en mi boca.

Te reclinas contra la estantería y tu mano está apoyada sobre una de las repisas mientras la otra está en mi nuca controlando cada  movimiento mío.

"Lo haces muy bien" me felicitas

Mis ojos no dejan de ver los tuyos mientras como tu miembro, el verte lleno de placer por mi me da mucha satisfacción. Ser quien te lleva a ese extremo es mi máximo placer.

El juguete se enciende nuevamente y salto con la sorpresa.

Enciendes y apagas mientras engullo tu miembro, excitándome a niveles insospechados ya no sé si por la incertidumbre o la vibración.

"Cómetela entera mi puta, obedece a tu señor" me ordenas

Sabes que me encanta esas palabras vulgares, sabes cómo complacerme.

"Si mi señor" respondo sin sacarte de mi boca.

Eso te sobre excita y me levantas, giras, bajas mi pantalón apoyándome en el mueble.

De pronto la vibración cesa, retiras mi juguete bañado en mis jugos. Lo llevas a mi boca para que pruebe mi sabor, lo que obedientemente acato.

De pronto me embistes, fuerte, rápido. No necesitamos mucho para acercarnos al clímax, el día ha sido una eterna tortura que nos ha mantenido muy excitados.

Me embistes cada vez más fuerte, como buscando llegar hasta lo máximo de mi profundidad.

Tu mano toma mi pelo como riendas mientras la otra se aferra a mi trasero. Siento que explotaré en cualquier momento, mi cuerpo se retuerce de placer y mis manos se aferran a la madera como si me aferrara a mi almohada.

De pronto te detienes. "Acabas cuando yo lo diga. Tu placer es mío" me recuerdas.

Retorciéndome de placer, ruego que me permitas acabar, no puedo más, mi interior está en llamas, mi control es cero, la desesperación se apodera de mí.

"Quieres acabar?" preguntas.

"Si mi señor, se lo suplico" te ruego, ya no soy yo la que habla.

"Te gusta seducirme, llevarme al extremo. Eres una puta muy atrevida y sabes que eso me gusta. ¿A quién perteneces?" me preguntas.

"A Ud. mi señor" te respondo en sumisión absoluta. No soy yo ahora, la controladora se ha ido para entregarse al 100% a este juego, me libero de todo ego, control y esa voz en mi cabeza que me exige poder se apaga.

"De rodillas" me ordenas. 

Obedezco. Complacido me levantas  y oralmente me llevas al clímax, me reviento de placer en tu boca llenándote de mis jugos. Te levantas y me besas con sabor a mí.

Me giras aun retorciéndome de placer y me penetras. No puedo contener mi gemido así que tapo mi boca para no ser oída.  El clímax lo extiendes más y más hasta que terminas finalmente dentro de mi entre espasmos.

Rápidamente recobramos la cordura, nos vestimos y me miras con ternura infinita.

"Eres una caja de sorpresa, un día santa y el otro diabla"  me dices con ojos satisfechos.

"Es solo una parte de mis perversiones" te digo con una sonrisa maliciosa.

"No puedo esperar para la próxima" dices mientras me besas la frente.

Ahora cada uno a su casa.


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