Entrégate...

No se porque, solo se que fui a ti cacería. No tenias opción, de verdad no tenias. Mis ojos te decían claramente a donde quería llegar y que no habría tregua. Entre a tu oficina, cerré la pesada puerta de madera y te mire directo a los ojos, como una chita mira a su presa. Tu mirada dejaba entrever una mezcla de miedo y ganas. Como siempre eres indescifrable, pero esta vez no me detendría el no saber. Me siento frente a ti y sin preámbulos te recuerdo de aquel día, el primer día que nos volvimos a encontrar en la oficina, ese día en que me decías todo lo que me querías hacer. "Me dejaste en llamas ese día, que no te habría hecho ese día " empecé mi monólogo. "Recuerdas que me dijiste?" Pregunto Veo como traigas saliva, evidentemente nervioso. "¿No te acuerdas?, me decías como jugarías con mis pezones por sobre la ropa... sigo?" Pregunto para darte tregua. El mensaje era claro... "Si lo recuerdo" finalmente me respondes. "Q...