Violeta II

No podía creer su exhausto, el que por primera vez ella haya sido la sorprendida, que ese hombre que dormía a su lado le empataba en su juego. Si bien esto la hacía feliz, despertó en ella la necesidad de superarlo, su lado competitivo siempre tomaba lo mejor de ella. Decidió que había pasado tiempo suficiente para que descansará y desapareció bajo las sábanas. Se enfrento a su falo durmiente y la punta de su lengua tocó a penas su glande y este respondió con un leve movimiento. Su mano fue a la base de ese falo, que ya era suyo, y suavemente hizo presión en la base con sus dedos, simulando un anillo. Empezó a sentir como se engrosaba más y más, ya su lengua recorría los bordes de ese hinchado glande y podía ver el efecto que provocaba en el, cada vez más erecto, más deseoso de ser engullido por ella. Dante despierto ya no emitió sonido, disfrutaba mucho ser despertado así. Cerró los ojos y se perdió en las sensaciones que cada toque de la lengua de Violeta le probocaba...