Desde que partió esta pandemia, pensé que el sexo sería para nuevos tiempos. Como si supiera mi bestia, esta animal que despertó dentro de mí para quedarse, decidió salir a pasear. Este día caluroso no daba para sostén, por lo que solo traía polera. Me llevó por el camino directo a tu casa, con la perversa intensión de recibir nuevamente unas caricias, unos besos en mi cuerpo que le dieran ese placebo para poder aguantar esta pandemia. Hambrienta llego a tu casa y abres la puerta dejándome entrar. No pasaron ni cinco minutos y notaste la ausencia de mi sostén, tomándolo como una invitación a tomarlas y besarlas. Me llamas a tu lado, dominante como siempre, y la bestia, sumisa, se acerca obedientemente a ti. Como siempre, yo con mascarilla. "No me he cuidado tanto para enfermarme ahora", pensaba. Mas que extraño, se sintió altamente erótico, simplemente sexual, nada intermedio. Esa sensación de restricción, de límite me er...