Cuando el placer se volvió texto.

Cae la noche. Hoy se cumple un año que el mundo decidió cambiar y pausar la locura de vida que estábamos acostumbrados. Detuvo planes, bodas, viajes...viajes. Finalmente había tomado el coraje de hacer ese viaje que tanto anhelaba, pasajes comprados y planes en curso. Buscando hostales y los lugares más seguros para quedarse, porque admitámoslo, al ser mujer debes cuidarte de esas cosas. Pero todo cambió, fronteras cerradas, pasajes reembolsados, confinamiento y mucha incertidumbre. ¿Habría trabajo? y la incertidumbre máxima ¿vamos a morir? A respirar y seguir adelante, que no toca parar. Por suerte había trabajo, pero la presión de éste mas la locura del encierro comenzó a cobrar una víctima en mí. La ansiedad era más poderosa que cualquier atenuante al que hubiera tenido acceso en ese momento. Tranquilizantes comenzaron a entrar al juego: farmacológicos, naturales, todo, absolutamente todo lo que sugirieran que serviría. Al borde de la locura te manifies...